Este libro nos muestra una supuesta conspiración en las elevadas esferas de poder. Nos dice que no somos nosotros quien gobernamos nuestras vidas, ni siquiera nuestros gobiernos. Sino las sombras detrás de esos gobiernos, un conjunto de poderosas personas que se reúnen en secreto para organizar el orden mundial, colocar y derrocar estados y todo en pos de los intereses de la llamada globalización comercial, es decir del dinero, y por tanto de la acumulación de más poder.Uno de los representantes como grupo de estos poderosos individuos es el Club Bilderberg. Que al menos se reúne una vez al año bajo un secretismo elevado, y solo se puede asistir bajo expresa invitación.
Aquí el autor del libro nos muestra mediante documentos y sus propias experiencias y la de sus confidentes como estos individuos controlan todos los gobiernos e instituciones gubernamentales del planeta. Y como construyen así una realidad aparentemente fortuita que nosotros vemos en los telediarios y prensa todos los días. Subidas y bajadas del crudo, de impuestos, iniciación de guerras y conflictos, todo perfectamente calculado y programado por este puñado de personas.
Hasta este punto uno se pone a reflexionar si es posible manejar de esta manera tantos acontecimientos aparentemente fortuitos. Estamos hablando de que la realidad que vemos como noticia y actualidad todos los días no es más que una construcción de un conjunto de personas que quieren que así pase. Visto de esta forma da miedo que sea aparentemente tan fácil construir la realidad pero sin embargo por otro lado es bien sabido que la realidad absoluta como tal, la pura certeza no existe. Y solo podemos decir que la realidad es construida por el conjunto de individuos que vivimos en sociedad. Entonces si es construida por el conjunto de individuos cómo es posible que unos pocos puedan manejar la voluntad de tantos. A mi parecer es debido al término de soberanía, puesto que hemos cedido nuestra soberanía a un pequeño grupo de hombres y mujeres y nos hemos olvidado de controlarla y salvaguardarla. Nosotros no decidimos nuestra realidad o al menos no salimos a intentar construirla. Nos hacen creer que si elegimos y decidimos pero en realidad lo único que decidimos es quien llevará las ideas de esos pocos poderosos hombres a la supuesta e incuestionable realidad. 


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